Las fotografías más bonitas pueden tener también una carga social.
La fotografía de documentalismo social busca, desde sus inicios, retratar la realidad de la vida. Tiene un carácter de denuncia, cuya función principal es movilizar a la población y despertar las conciencias de los ciudadanos. La fotografía social, como todos los tipos de fotografía, ha ido evolucionando con el tiempo.
Hoy en día existen cuatro variantes principales de la fotografía social. Está la de trabajo o laboral, la de tragedias -que es la empleada por los periódicos principalmente – policial y de fiestas. La más demandada por la gente hoy en día es la de fiestas. En este tipo de fotografía se retratan los eventos más importantes de algunas personas como la comunión o la boda de alguien.
En los inicios de la fotografía social, la más popular era la laboral. La situación de los obreros en las fábricas o las condiciones sanitarias eran las principales fuentes de inspiración de los fotógrafos sociales. Con ellos empieza la subjetividad con la técnica. Nunca podrá alcanzarse la objetividad completamente porque, de una forma u otra, la fotografía refleja la mirada del autor. Mediante el encuadre, el desenfoque, el picado o contrapicado, etc… el autor condiciona tu percepción de la imagen, destacando un elemento u otro.
Fotografía con un objetivo claro
La fotografía social tiene como fin denunciar una situación de injusticia o una problemática que interese a una población. Busca ayudar con la verdad a alguien. Por eso, en la fotografía social, cada imagen ha de contar una historia. Es lo que prima: que se conozca lo que ocurre tras la captura de la fotografía.
Esa historia ha de ser real, por lo que hay que tener cuidado con no manipular las cosas. En el momento en el que tú, como artista, manipulas un elemento, se convierte en un posado. La realidad es libre y has de retratarla de la mejor forma posible sin alterarla. No vale, tampoco, mentir, por muy obvio que esto sea. El ojo es realmente fácil de engañar, y más con programas de postproducción como los que hay en la actualidad. Hay que tener mucho cuidado con esto.
Otra cosa obvia pero que hay que mencionar es que es importante no invadir el espacio y la vida de aquello que se retrata. Como fotógrafo has de ser invisible y desaparecer para el resto de gente. Pasar desapercibido ha de ser una prioridad si no queremos que la gente se sienta incómoda, actúe de forma distinta o pose. Decía el famoso fotoperiodista Steve McCurry que si sabes esperar la gente se olvidará de tu cámara y su alma saldrá a la luz. Has de tener paciencia.
Como principiante no te compliques la vida
Si empiezas de cero, comienza retratando las cosas más cercanas y cotidianas, que también son interesantes. No te compliques la vida buscando situaciones límites. La belleza de la fotografía social está en lo cotidiano. De hecho, una de las tendencias de la fotografía social en la actualidad es la llamada Street Photography o fotografía callejera. Junto a tu cámara sales a la calle a retratar la vida cotidiana de las personas más cercanas.
Y si, cuando empiezas a sacar fotografías sencillas, te interesa de verdad, puede ser el momento de ir más allá. Para ello lo mejor que puedes hacer es seguir practicando y mejorando tu formación. Un Microcurso de Street Photography o fotografía callejera puede ser un paso adelante para ti. Salir a la calle y ver con nuevos ojos cada aspecto que te encuentres.
Sé consciente de que en cualquier momento puedes encontrarte con la imagen que quieres. Puede que si buscas deliberadamente algo que retratar no aparezca ante ti a la primera de cambio. En cualquier momento puede haber algo realmente interesante para fotografiar. Tienes que tener el equipo siempre preparado porque no sabes en qué momento tendrás que capturar un instante.
La fotografía documental social es una de las prácticas más complicadas por el número de factores ajenos a tu influencia. Como profesional tendrás que aprender a trabajar con ellos y usarlos a tu favor. Sin embargo, es una de las más gratificantes también. La belleza de las composiciones que algunos fotógrafos son capaces de conseguir es enorme. Además, la carga emotiva y de denuncia que tienen las hace aún más atractivas.
